Las cámaras de videovigilancia inalambricas pueden ser la solución para todos aquellos clientes que tengan problemas para cablear sus instalaciones. A pesar de remendar el uso de sistemas cableados, entendemos que a veces no queda más remedio que atender a esta tecnología para satisfacer nuestras necesidades.
Para estos casos disponemos de modelos concretos que llevan incorporado un módulo wifi e incluso ahora disponemos de los primeros videograbadores que también incorporan dicha tecnología. De este modo, se establece un vinculo inalámbrico entre videograbador y cámaras IP, ahorrándonos bien el coaxial de toda la vida o el cable UTP. De lo que si que no vamos a librarnos es de pasar un mínimo de cable para darle corriente a los equipos, aunque para ello bastará cualquier toma de corriente cercana.
Si bien es cierto que el número de cámaras de videovigilancia inalámbricas es reducido y su uso queda prácticamente restringido a uso en interiores, y el de los videograbadores aún es más testimonial, existe una posibilidad sin limites….Se trata de colocar un emisor y un receptor wifi en el lado cámara y en el lado grabador por simplificar la explicación. De este modo podemos convertir cualquier cámara IP en inalámbrica. Eso sí, esto solo vale para cámaras IP y NO para cámaras analógicas o HD-CVI.
Disponemos de sistemas inalámbricos profesionales con anchos de banda garantizados, para distancias en exteriores de hasta decenas de kilómetros, con tolerancia a todo tipo de situaciones meteorológicas. Instalaciones como huertas solares, instalaciones críticas como militares, aeropuertos…En definitiva, zonas donde un sistema inalámbrico se convierte en una única solución factible. En dichos casos con unos buenos puntos de acceso inalámbricos, podremos acoplar cualquier tipo de cámara IP de última generación, aunque esta emita en alta resolución, y disponga del zoom más potente, la podremos manejar y motorizar vía wifi como si de una cámara cableada se tratase.