Camaras IP
Las cámaras IP son cámaras tradicionales aunque con un pequeño cerebro IP que le confiere comunicación con el mundo exterior. Por si mismas permiten conectarse a un router y empezar a transmitir video por internet. Son muy útiles para instalaciones de solo 1 o 2 cámaras, ya que podemos evitar la instalación de un videograbador (mínimo para 4 cámaras) y también para conseguir muy altas resoluciones (cámaras IP megapixel). Fuera de estos 2 contextos, es más viable económicamente un videograbador IP y cámaras analógicas con tecnología HD-CVI por ejemplo.
De todos modos si dudamos entre cámaras ip o videograbador + cámaras convencionales, dichas cámaras IP deberán como mínimo permitir grabar dentro de ellas con una tarjeta de memoria. Realmente no es lo mismo, ya que la capacidad de un disco duro es mucho mayor que el de la de una tarjeta de memoria tipo SD.
Otra opción es utilizar un videograbador en red para cámaras IP (también conocido como NVR). En este caso quizá nos interese para grabar en alta resolución cámaras megapixel. Aunque este supuesto, debido a que permite mejores calidades de grabación tiene también un coste mayor al binomio videograbador IP+ cámaras convencionales.
Actualmente y gracias a electrónica que permite una cámara IP, estas viene dotadas de mayor inteligencia para las tareas de detección de movimiento, con sistemas más sofisticados. Esto nos ayudará a detectar de manera más eficiente las alarmas que se generen en la propia imagen.
Por otro lado, si queremos superar la barrera de la alta definición y pasar de los 1920 x 1080 pixeles y llegar hasta el 4K (3840 x 2160 pix), deberemos incorporar a nuestra instalación cámaras IP. Como puede verse, si buscamos un extra en nuestras cámaras de vigilancia, tanto en calidad de imágen como en prestaciones, deberemos pasar por este tipo de cámaras con conexión IP. Y si lo que queremos después es grabarlas a máxima resolución, deberemos incorporar un videograbador en red o NVR.