Cámaras de vigilancia ¿cuál escoger?
Cámaras de vigilancia hay de todos los tipos: de interior, exterior, fijas, motorizadas, con o sin infrarrojos, con o sin audio, etc, etc. La verdad es que ahí fuera existe todo un mar de posibilidades. lo mejor es dejarse asesorar por un experto, pero partiendo de la base de nuestras necesidades.
Lo primero que debemos de saber es el tipo de uso que le daremos a nuestras cámaras de vigilancia. Si bien hay unos estándares todo terreno que cumplen muy bien en muchos escenarios, existen cámaras de vigilancia específicas para un nicho concreto o especializadas en algún tipo de visionado. Por poner un ejemplo, si lo que queremos es ver a largas distancias y poder girar la cámara y moverla, los domos motorizados son el equipo a escoger. otro escenario podría ser en el caso de querer hacer una vigilancia oculta, en cuyo caso deberíamos instalar cámaras de vigilancia ocultas…y como estos ejemplos, otros tantos.
Pero a grandes rasgos, primero discerniriamos entre una cámara para uso interior (con protección climática, IP66 , etc) o de interior. A partir de aquí, tendríamos en cuenta otros factores como la calidad, la ángulo de visionado que queremos , el tipo de cableado que podemos utilizar (en muchos casos el wifi es una opción) y por último ya iríamos a valorar características más concretas como posibilidad de audio incorporado, entradas de alarmas(en caso de cámaras IP), etc, motorización,
También hay que tener en cuenta que muchas de las funciones que la gente le otorga a las cámaras, finalmente son ejecutadas por el videograbador, a excepción de cámaras IP sin videograbador. Un ejemplo claro es la detección de movimiento, pero existen otras.
A día de hoy, la calidad de las cámaras de vigilancia ha aumentado hasta niveles insospechados. La resolución estandar analógica de hace unos años ha sido desbancada por la alta definición. El estándar a dia de hoy es el 1080P. Y ya se empiezan a vender equipos con resoluciones 2K y hasta 4K, como los modernos televisores de hoy en día. Esto requiere un importante esfuerzo de compresión de las imágenes por 2 motivos:
- ahorro en disco duro.
- ahorro en el peso del video a la hora de transmitir via internet.
Esto se está consiguiendo con los nuevos codecs de compresión tales como la mejora del actual H264 con el H264+ o con el H265 y H265+. No tenía sentido mejorar la calidad de las imágenes sin mejorar los sistemas de compresión de las mismas.